Si bien es cierto que la función que actualmente representan los Juegos Olímpicos es más que discutible, es obligado reconocer que los celebrados este años han dejado, quizás entre otras cosas que también puedan valer la pena, una apreciable herencia. El Estadio Nacional de Pekín, diseñado para los Juegos Olímpicos de 2008 por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron destaca por su belleza y su originalidad, no obstante estar su diseño inspirado en uno de los más elementales objetos de la naturaleza. El llamado Nido de pájaro por su red de acero externa (recubierto de una membrana transparente), supuso un desafío estructural a la par que todo un logro estético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario