Llevo cierto tiempo tratando de entender cuál ha sido la cadena de relaciones causa-efecto que, al igual que ocurre con fichas de dominó colocadas en hilera cuando se tumba la primera de ellas, ha provocado la caída, uno tras otro, de escenarios aparentemente estables de la economía mundial, y que en una especie de tsunami nos ha llevado desde la oferta de hipotecas sin respaldo (las dichosas supprime) hasta el panorama de cien millones de personas en más de treinta países precipitados en la zanja de la pobreza.
No se rían, que no todo es broma. Hace no mucho, en el año 2002, el nobel de Economía se entregó a Daniel Kahneman ---sicólogo de masas interesado por los fenómenos económicos--- por sostener precisamente ese tipo de tesis, basadas en la influencia de las reacciones de contagio sicológico en los fenómenos de la macroeconomía.
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