En la foto del cuadro de Banksy que ilustra la entrada alusiva a su galería habrán reconocido ustedes sin duda a la niña vietnamita Pham Thi Kim Phuc que grita quemada --después de haberse desprendido de la ropa ardiendo--- mientras huye con otros niños por la carretera número 1 en Vietnam del Sur. Su pueblo Trang Bang acababa de ser bombardeado con napalm.
Eso ocurría en junio de 1972. Otras imágenes recogen instantáneas de gente desorientada, llevando a veces en brazos a niños abrasados con la piel colgando en girones.
Algunos medios, el New York Times entre ellos, mintieron descaradamente al escribir que esas imágenes eran propaganda comunista para desacreditar al ejército de los Estados Unidos de Norteamérica. Otros hablaron de casos aislados, y se llegó a atribuir la responsabilidad a un oficial de inteligencia anónimo, de modo parecido a lo que se ha hecho recientemente en el caso de las torturas de la prisión de Abu Graib en Irak.
Se comprobó sin embargo que los bombardeos con napalm eran ordenados desde Washington y no sólo tenían un fin estrictamente militar. El napalm representa un papel estratégico cuando se utiliza contra la población civil y consiste en aterrorizarla. Y en este caso justamente ese era el objetivo: obligarles a abandonar sus pueblos y dejar de ese modo de apoyar al Vietcong. Una estrategia completada por el criminal bombardeo de sus cosechas con el agente naranja que también fue negada inicialmente. Pero se demostró que había sido aprobada en 1963 por la administración de Kennedy. Las consecuencias de este crimen son un horror que siguen padeciendo los vietnamitas tres generaciones después. Ambas estrategias confluían en recluir a la población civil en las así llamadas "aldeas estratégicas", que en realidad eran campos de concentración rodeados de puntas afiladas.
Imágenes como las de los niños survietnamitas quemados, fotografiados por Nick Ut’s , ya no pueden verse hoy en ningún medio de comunicación. No porque no existan, como en Iraq, sino porque los ocupantes controlan estrictamente el acceso de los periodistas a las zonas de combate. Los únicos que pueden hacerlo son aquellos que tras una cuidadosa selección acompañan a las tropas y que sólo pueden moverse cuando y donde les mandan las autoridades militares. En el asalto a Bagdad, obedeciendo a esa idea de no tolerar prensa libre, un tanque hizo un disparo de precisión sobre el hotel que albergaba a los periodistas extranjeros, disparo que causó la muerte del cámara español José Couso.
Por otra parte los medios no informan más que de lo que reciben por vía oficial, así que tenemos sólo la versión de las guerras modernas difundida por los expertos en publicidad del Pentágono.
El napalm produce un gel pegajoso que arde y que se adhiere a la piel mientras se quema, provocando una pérdida de presión sanguínea, y eventualmente la muerte en un corto periodo de tiempo. También produce una nube de monóxido de carbono asfixiante y mortal.
Cuando se añade a las municiones de fósforo blanco, este gel no se puede apagar con agua, una "mejora " de la que fue responsable Down Chemical que era una de las multinacionales que lo fabricaba. Down y Monsanto fueron las principales compañías implicadas en la producción del agente naranja ( 2,4,5,T con dioxinas) .
En 2001, con gran aparato propagandístico, la marina U.S. Navy en Fallbrook Weapons Station en San Diego County, envió las últimos restos de napalm para ser incinerados en plantas de Texas y Louisiana. Pero existen informaciones serias que indican que el napalm se empleó en la guerra de Irak.
Pero desde los primeros meses de la invasión de Iraq en el 2003, empezaron a filtrarse informaciones que indicaban que el napalm se seguía utilizando.
En marzo de 2003 un informe publicado en el Australia’s Sydney Morning Herald publicaba las declaraciones de un oficial que reconocía que se había utilizado napalm en Iraq. En agosto, el San Diego Union-Tribune confirmó que el napalm fue utilizado en la toma de Bagdad, especialmente en el Canal de Saddam y en el río Tigris.
"Utilizamos napalm en los dos puente de acceso", dijo el Coronel James Alles en una reciente entrevista. Él comandaba el Grupo de Aire de los Marines 11, con base en la Miramar Marine Corps Air Station, durante la guerra. "Desafortunadamente, había gente allí porque se les podía ver en el vídeo (de la cabina del avión)... y añadió "... no es una manera de morir fabulosa" .
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